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La confianza de los consumidores está en alza, pero sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia
Los consumidores de bajos ingresos se sienten arrasados por la inflación y las tasas más altas
Como se discute a menudo, el consumidor estadounidense es vital para la economía nacional, y el gasto de los hogares contribuye a aproximadamente dos tercios de la actividad económica. Si bien el crecimiento durante los primeros meses del año ha sido positivo, los consumidores continúan enfrentando crecientes costos de seguros de propiedad y automóviles, precios de viviendas obstinadamente elevados y altas tasas de interés en hipotecas y tarjetas de crédito.
Reciente informes de ventas minoristas para abril parece apuntar a que los consumidores están desacelerando sus hábitos de gasto. Las ventas minoristas se mantuvieron estables mes a mes, en comparación con un aumento esperado del 0,4%. Si bien esto puede indicar que los consumidores están reevaluando cuánto están gastando, otros factores, como la fortaleza del mercado laboral y el aumento de los ingresos, deberían proporcionar un apoyo continuo.
Sin embargo, las ventas minoristas no cuentan la historia de cómo se sienten los consumidores acerca de su futuro financiero. Para ello, recurrimos a la Encuesta de opinión del consumidor de la Universidad de Michigan. El gráfico de esta semana analiza más específicamente el sentimiento del consumidor, categorizando los resultados de la encuesta por nivel de ingresos. En particular, el sentimiento del tercio inferior de las personas con ingresos (línea roja) sigue siendo inferior al de las personas con ingresos más altos. Esta disparidad podría reflejar las actitudes de los consumidores hacia su salud financiera general, pero los efectos de la inflación agregada y las tasas de interés persistentemente altas a menudo tienen más peso.
Aunque la Reserva Federal ha logrado avances significativos en su lucha contra la inflación, los niveles actuales de inflación no representan todos los efectos de la inflación de los años posteriores a la pandemia. Si bien es cierto que los salarios reales (ajustados a la inflación) han crecido significativamente al salir de la pandemia, esta cifra no incorpora cómo se sienten realmente los consumidores acerca de sus circunstancias económicas, y esto parece particularmente cierto en el extremo inferior del espectro económico. Puede ser fácil mirar los datos y ver todo el progreso realizado para reducir la inflación desde su máximo del 9%, pero el consumidor cotidiano recuerda los precios que solía pagar y la inflación agregada que ha soportado en los últimos tres años.
El gráfico de hoy acentúa el impacto variable de la inflación, que perjudica a quienes menos pueden permitírselo. Si podemos lograr el objetivo de reducir la inflación al 2% sin un aumento material del desempleo, sería una gran victoria para todos nosotros.